A veces observamos conductas en nuestros hijos que no nos gustan y/o nos
sacan de quicio.
No sabemos cómo actuar ante esas conductas que nos molestan, hay
padres con niños muy pequeños que dan por perdida la batalla.
Responder adecuadamente es difícil, pero no imposible. Debemos incorporar
estrategias de modificación de conducta, acompañadas siempre de amor, diálogo y
firmeza.
Desde muy pequeños los niños son conscientes de las consecuencias de sus
conductas, si una conducta inadecuada la reforzamos, nos va a ser muy difícil
cambiarla, hay que actuar con premura y ser firmes en nuestras decisiones.
Nuestros hijos necesitan límites para sentirse seguros.
¿QUÉ PODEMOS HACER ANTE…?
CONTESTACIONES Y/O CONDUCTAS INDEBIDAS:
No responder con enfado, no podemos pedir calma si estamos gritando. Debemos decirle que lo
que ha hecho no está bien y que ese comportamiento va a tener una consecuencia,
por ejemplo, no ver los dibujos, no ir al parque… las consecuencias tienen que
ser fáciles de cumplir, no podemos decir al niño que va a estar dos meses sin
ver los dibujos, porque además de ser un castigo exagerado, es difícil de
mantener por la duración. Tampoco podemos decirle “no te voy a dejar que
vayas al cumpleaños de fulanito”, que es dentro de dos meses, porque
seguramente cuando llegue la fecha, se nos habrá olvidado el castigo. Mejor
inmediatez entre la conducta inadecuada y la consecuencia.
Si la conducta se repite en el tiempo, debemos de llegar con él a una serie
de acuerdos, es positivo utilizar una tabla de conducta.
El niño tiene que participar en la elaboración de esa tabla, identificar
sus propias conductas inapropiadas y proponer consecuencias y recompensas.
Con constancia y firmeza conseguiremos eliminarlas
LLOROS/ PATALETAS
En ocasiones los niños lloran sin ningún motivo aparente,
solo por llamar la atención o conseguir algo. Cuando el lloro es por alguno de
estos motivos, lo mejor es, ignorar el lloriqueo. Si admitimos los lloros, reforzamos esa conducta.
Nunca acceda a una petición que vaya acompañada de lloros. Dígales que
vuelva a pedirlo más tarde pero en un tono normal. En estas situaciones los
padres debemos mostrar resistencia al chantaje emocional, los niños son capaces
de pasar mucho tiempo llorando, hasta conseguir lo que quieren, ahí es cuando
debemos mostrar firmeza, en el momento que cedemos les hacemos saber que
simplemente llorando pueden conseguir lo que quieran.
EL DRAMA DE IRSE A LA CAMA
Muchos padres temen el momento de llevar a la cama a sus
hijos, porque suponen
verdaderas
pesadillas para ellos, parece que nunca tienen sueño, quieren quedarse viendo
la tele o irse a la cama con sus padres.
¿Qué
debemos hacer?
Debemos crear una rutina previa para irse a la cama, por ejemplo,
baño, cena en familia, lectura de cuentos, que nos cuente el niño cuentos…
Debemos hacer que los momentos antes de ir a dormir sean agradables y muy
apetecibles para el niño…
Como cualquier otra rutina, cuesta que se establezca pero una vez que el
niño la crea, se mantiene en el tiempo y él mismo pide ir a dormir.
¿CÓMO BUSCAR UNA RAZONABLE FELICIDAD FAMILIAR?
- Deje que sus hijos le enseñen a ser alegre y divertido.
- Establezca reuniones familiares para resolver las dificultades.
Aproveche las horas de la comida y la cena para apagar la tele y charlar en
familia.
- Busque tiempo para la diversión. En ocasiones pensamos que tenemos que
ser superpadres y supermadres, trabajar, tener la casa limpia, ser buen
cocinero o cocinera, hacer la compra, ir al gimnasio, salir al parque,
llevar a nuestros hijos a extraescolares, jugar con ellos…. Todo esto nos produce
un gran estrés, debemos ser realistas y priorizar, siempre dejando un tiempo
para nuestra familia y para nosotros mismos. Debemos darnos la oportunidad de
quedar satisfechos de lo que hemos hecho y olvidar el sentimiento de
culpabilidad que provocan las cosas que no hemos podido hacer.